Ciclo de Diálogos: “Pensar la Unidad Sudamericana Hoy”

Compartimos el segundo encuentro de «Ciclo de Diálogos»: ¿Qué significa hoy pensar en la Unidad Regional en América Latina? Condicionantes y dilemas.

Con la coordinación de Mariana Vazquez y el auspicio del Centro de Estudios en Ciudadanía, Estado y Asuntos Políticos de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), el Ciclo cuenta con la presencia en cada encuentro de invitadas e invitados especiales. Además se extienden certificados a las y los participantes.

Compartimos el segundo encuentro de Ciclo de Diálogos «Pensar la Unidad Sudamericana Hoy» – Segunda Edición. Charlas sobre Qué Significa Pensar Hoy en la Unidad Regional con Daiana Ferraro, Pablo Vilas, Maximiliano Reyes Zúñiga y Amado Boudou, coordinado por Mariana Vazquez.

Maximiliano Reyes Zúñiga abrió el debate mediante un mensaje grabado en video, donde destacó la apuesta de México por la CELAC, porque creen que las similaridades de la región deben prevalecer por sobre las diferencias, y recorrió los logros obtenidos durante la presidencia pro-témpore de ese país. Hizo hincapié en los alcanzados en la última reunión como: la creación del fondo CELAC para desastres, el plan de autosuficiencia sanitaria y la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio (ALCE). Recordó que los retos de nuestra región no tienen ideologías y nos afectan de igual manera, por lo que destacó que las diferencias ideológicas fueron superadas en la última cumbre de la CELAC, al poder sentar a la misma mesa presidentes que antes no lo habían hecho. Finalmente propuso discutir el sistema interamericano para construir una América latina unida, fuerte y próspera.

El panel continuó con la presentación de Daiana Ferraro, quien reflexionó sobre los objetivos y los condicionantes de la unidad latinoamericana hoy en día. Comenzó por plantear la pregunta: ¿Tiene vigencia la unidad regional de América Latina? ¿Para qué la queremos? 
Ella respondió con tres objetivos que buscamos en la Unidad: El bienestar de la ciudadania, que incluye temas de sustentabilidad social: distribución del ingreso, derechos humanos, tipo de empleo, etc.; La solución pacífica de conflictos, siendo increíble que no haya más espacios para esto a nivel regional; y la autonomía, mediante la cual América Latina necesita para el desarrollo de sus propias políticas y para proyectar algunos principios a escala global. 

Pablo Vilas continuó con el debate, explicando cómo la idea de una identidad común se vio contrastada con la realidad de los diferentes pueblos del continente, porque no somos tan iguales, pero sí tenemos las mismas necesidades. En pocas palabras:
“no es por amor, sino por espanto que buscamos la unidad”. El momento más plausible de alcanzar esa unidad fue el No al ALCA en 2005, cuando el principal desafío era la unidad de los sectores populares y los trabajadores. Sin embargo, para resistir a la crisis económica de 2009, se dejó de lado los procesos de cooperación con los pueblos hermanos de la región.

Vilas terminó dejando en claro que es desde la diversidad que vamos a lograr construir lo objetivos que nos lleven a la unidad. Recordó que la UNASUR fue una buena experiencia, marcó  un piso, pero no hay que volver a lo mismo, sino hay que buscar nuevas estructuras adecuadas a la realidad actual. 

El último en exponer fue Amado Boudou. Sostuvo que además de preguntarse para qué queremos tener una Patria Grande, es importante dilucidar a quién le sirve la no integración. Comentó que tiene la sensación que a partir de la instauración de la Razón Neoliberal, desaparecieron los seres humanos del análisis político, económico e histórico. Aparece en reemplazo la Economía, y ésta es más importante que los hombres. Recordó que en algún G20, ante el discurso dominante de la libertad de capital y de comercio, hizo la pregunta de por qué no la libertad de movilidad de las personas. La respuesta fue claramente negativa. Esto debido a que la no integración le sirve a las potencias coloniales, que aún existen, y a las oligarquías locales que son los socios de las potencias coloniales. Son las potencias coloniales que crearon las repúblicas puerto, desde donde sacar los productos locales hacia el exterior.

Según Boudou, los mercados ya no son lo que dicen las antiguas teorías liberales, donde se crea valor y se lo distribuye. Los mercados son mecanismos para extraer valor de la ciudadanía para llevárselo a los países centrales. Explicó que gran parte del valor de lo que exportamos, todos nuestros países, sufre la discriminación en la morfología de los mercados. Para los productos primarios, un precio con rentabilidad mínima. Para los servicios necesarios para esa exportación, precios monopólicos u oligopólicos.

Sobre el contexto internacional explicó que la irrupción de China es una gran oportunidad para todos nuestros países. Pero no todo lo que es bueno para China es bueno para nosotros. Estamos en otro tipo de enfrentamiento entre las grandes potencias, pero tan determinante como lo fue la Guerra Fría. En esta nueva situación, estamos en presencia de una guerra entre dos potencias, pero una de ellas está en decadencia. No produce un discurso que pueda entusiasmar a otros países. Necesita cada vez más violencia para sostener su hegemonía.